Una ECOTOPÍA inspirada por Barrios Productores
Esta historia fue escrita por Javier Sanz Cañadas, investigador del CSIC, en el acto de evaluación de los dos primeros años del programa Barrios Productores.
ECOTOPÍA: MADRID 2035
Barrios Productores, la iniciativa del Ayuntamiento de Madrid que comenzó en 2022, ya dispone de una red de cincuenta fincas repartidas en distintas zonas del término municipal. Además de cultivar con orientación agroecológica en las proximidades de las viviendas, estas parcelas han servido para que muchos vecinos de diferentes barrios hayan cambiado su mirada con respecto a los productos agrarios y a los alimentos. Estas cincuenta personas productoras se han profesionalizado y obtienen unas rentas suficientes para sus unidades familiares. La experiencia de Barrios Productores se ha replicado también en otras ciudades del Área Metropolitana: entre otras, Getafe, Leganés o Fuenlabrada.
Una experiencia agroecológica pionera en nuestra región es el Parque Agrario Soto del Grillo, en Rivas-Vaciamadrid. Hace ya años que el parque consolidó plenamente no sólo una agricultura profesionalizada, sino también la comercialización conjunta de los productos de sus agricultoras y agricultores. Esto ha supuesto un ahorro importante tanto en costes como en preocupaciones, en materia de logística y distribución. El Parque Agrario de Fuenlabrada ha ido abandonando la producción convencional y se ha convertido paulatinamente a la producción agroecológica. Durante la última década, nuevos parques agrarios han surgido en otras localidades del Área Metropolitana. En todos ellos, la prioridad de las políticas locales es la comercialización en común de las personas productoras.
El IMIDRA ha tenido durante la última década una enorme tarea de capacitación y de formación en agricultura y alimentación respetuosas con el medio ambiente. Se han inaugurado nuevas fincas experimentales en las Vegas, en la Sierra y en el Área Metropolitana, que despliegan un efecto de demostración que resulta ser muy útil para los productores comarcales.
La compra pública de alimentos sostenibles, verde y con justicia social, es por fin hoy en día una realidad en numerosos comedores colectivos de los centros educativos, los hospitales y las administraciones públicas de la Comunidad de Madrid. Los comedores colectivos de algunas empresas han seguido también este ejemplo de alimentación saludable, respetuosa con el medio ambiente y lo más local posible.
Tras unos años de parón y reflexión, la experiencia regional pionera de centro logístico cooperativo de inspiración agroecológica, Madrid km0, volvió a resurgir con más fuerza en la segunda mitad de los años veinte. Esta vez, el objetivo fue no sólo que las personas productoras llevaran a cabo actividades de logística en común, sino también actividades de distribución mayorista con un catálogo común. Su marca colectiva se ha convertido en un referente de la agricultura y la alimentación agroecológicas madrileñas. La cooperativa cuenta ya con ochenta miembros y tiene dos naves en Mercamadrid, cuyo alquiler tiene un precio asequible gracias al apoyo del Ayuntamiento de Madrid.
Tras la inauguración, a mediados de los años veinte, del nodo logístico de La Cabrera para las productoras de la Sierra Norte, se han ido implantado otros nodos logísticos en origen en Las Vegas y en La Sierra. Todos ellos abastecen a su vez a Madrid km0. Sin este engranaje logístico que reduce los costes logísticos y la huella de carbono, no se podría abastecer de alimentos locales a los comedores colectivos, que requieren a diario un aprovisionamiento agrupado, regular y variado.
Los supermercados cooperativos que existían a comienzos de los años veinte, La Osa en La Ventilla y Biolíbere en Getafe, pudieron sobrevivir y amortizar el capital invertido en las tiendas: resistir es vencer. Estos ejemplos pioneros fueron esenciales para que el modelo fuera replicado en distintos barrios de Madrid y en diferentes ciudades del Área Metropolitana: ya son diez supermercados en 2035 (Malasaña, Vallecas, Lavapiés, Leganés, etc.). Como gran logro, estas diez cooperativas ya llevan a cabo una estrategia conjunta de aprovisionamiento y mantienen una relación comercial directa con Madrid km0. Todo ello les permite reducir sensiblemente los costes: ahora ya es posible que la alimentación sostenible y de calidad sea asequible para amplias capas de la población. Asimismo, las tiendas ecológicas especializadas de la Comunidad de Madrid han inaugurado por fin una plataforma común de aprovisionamiento vinculada a Madrid km0.
El obrador colectivo municipal de Villaverde volvió a orientarse prioritariamente hacia la economía social, si bien las pequeñas productoras también tienen allí un lugar de encuentro. Además, diferentes instituciones han impulsado la creación de otra serie de obradores colectivos en distintas localizaciones de la Comunidad de Madrid. Estos obradores son esenciales para el aprendizaje del oficio y para conseguir hacer arrancar los proyectos de agroindustria artesanal.
El Consejo Alimentario de Madrid Región, creado en 2024, tiene ya un rodaje considerable en la gobernanza ascendente de la organización colectiva de iniciativas agroecológicas, en la co-creación de políticas urbanas municipales de alimentación sostenible y en la difusión de conocimientos y bienes comunes.
El impulso a la creación de innovaciones sociales, como nuevas formas de organización colectiva y como nuevas prácticas socioeconómicas, es imprescindible, aquí y ahora, para tejer un nuevo entorno favorable al desarrollo de la agroecología y de la alimentación sostenible. Este entramado de innovaciones sociales, que hemos imaginado para Madrid, conforma una ecotopía posible, es decir, no demasiado utópica. Unificar fuerzas entre productoras y consumidoras y el apoyo de las políticas públicas son condiciones necesarias para llevar a término este viaje realizable.
Javier Sanz Cañada
Desde el Patio de Cristales de la Villa, 11 de junio de 2024